domingo, 19 de agosto de 2007

CAMBIA LA FORMA DE VER EL SOL





Supongo
que palpar continuamente
el inasible fluido de lo efímero,
le hace a uno plantearse
la paradójica contradicción de querer y no querer
aprehender conocimiento.

Vagar por el filo de navaja del goce y el dolor
a semejante abismo,
esculpe rostros de profundas bisectrices
en los que, quizá, la caducidad
pretexto sea
para amar en plenitud
ese gas distante, inaprensible,
de la unidad indivisible del tiempo.

Esa prospección de manantiales,
dibuja la ballesta que apunta con fiereza
al gobernante que mantiene fuera de control,
el azar, a nuestras manos..........y, aún así,
dentro del magma que diseña lo imposible,
late a ciencia cierta desbocado,
el deseo de absorber lo inabsorbible,
como documento o lucha,
en rúbrica constante y voluntaria sobre la piel,
a dos pasos de cualquier final,
en un otrosí de fusión o derramarse
sobre el nicho ecológico del hambre.

..... Supongo que cambia la forma de ver el sol
en su paseo por la eclíptica, por eso, a veces,
las hojas
tienen bocas como palabras muertas o
despojos......mientras,
poco a poco, amanecen
en la dermis oscura y palpitante,
crisálidas de apertura incierta,
con textura vegetal
en primavera.

tenía doble vertiente hoy,
la corteza de los pinos......ya, sin armadura,
después de la batalla,
un pensamiento de sosiego.......Al cruzar el Cega,
me di cuenta, por el lateral izquierdo, que
sobre el durmiente,
había comenzado a crecer la hierba


Del libro "Historia Clínica"

PILAR IGLESIAS DE LA TORRE