sábado, 28 de abril de 2007

EL ESQUELETO DEL TIEMPO






El vértigo
de este mundo,
horas voraces
que se van comiendo por los pies
el esqueleto triste del tiempo.
Es de noche y el ciempiés
atraviesa la arboleda
sumido en sus tribulaciones.
Y aunque subirá las escaleras mecánicas
que conducen a los barrios degradados
de la luna,
no podrá escapar de la lechuza transparente.
Esa es la zoología que me enseñaron
en la escuela,
cruel y repentina,
lanzada sin contemplaciones
por los colectores del arco iris.
El tiempo es el domador alcohólico
que lleva menos de un segundo sin probar gota,
y que pierde a sus leones
por los rincones ciegos de su carromato.
Esa zoología
se esparce por los trigales
en forma de lenta carnicería,
y es la que nos explicaban al calor
blasfemo de un confesionario.
El tiempo se empeña en desvirtuar la razón
y no cesa de parir mártires que comen hierba,
abandonados a su suerte.
Sólo el fuerte sobrevive.
En lo alto de la pirámide alimenticia
donde no llega el tiempo,
se yergue pretencioso
un sacristán crucificado...

Roberto Ruiz Antúnez

ESPERANZA







No recuerdo la esquina
donde dejé de seguirte.

Pero sé que atravesé las calles,
con las manos llenas
de prejuicios
y metidas
en los bolsillos.

En mi piel hay
olores remanentes de
todo aquello:
partículas de la misma volatilidad
que mi voluntad de abandonarte.

Caminaba frenético
sobre tu estela gris
que interrumpían sólo los pasos de cebra.
Yo entonces,
saltaba,
presa del -blanco- pánico.

Y en uno de esos nerviosos ejercicios
de supervivencia,
tropecé,
saqué las manos,
y se liberaron de oscuridades
en mi caer amortiguado.
La lógica había raspado mis palmas,
trasladándose un grave dolor
desde la tierra a mi alma,
como en un circuito cerrado
de cuya existencia acababa de ser informado.
Y si el crío se duerme
con el pulgar en la boca, yo
desperté con cicatrices en
los párpados.


Eduardo González García

sábado, 21 de abril de 2007

A LOS QUE FALTAN






Las manos, a veces, nos miramos,
dándonos cuenta con asombro,
que nos faltan dedos.....Quizá
nosotros mismos fuimos segadores y
cercenamos sin pensar, el universo.

¿Cuántos átomos pueden faltar
sin que comience a resentirse
la energía de una nova?

Uno, dos, tres,
cuatro.....quizá, pero,
ay!, ¿qué fue del sincretismo y
la pared maestra del nombre aquél
que creímos, nuestro?

Son los puntos suspensivos, un sendero,
rosario interminable que comienza
en el primero....fragilidad de lazo en el instante
con aspiración de espiga aún en brote,
sin que pueda saberse nunca,
qué estornudo, qué aleteo,
configuró
la madrugada de otra forma.

Pensativa y errabunda,
ante el espejo, paro y
dejando rodar
los tirantes del vestido,
desnudo el ojo sobre el alma,
me pregunto
¿quién soy yo
para saber cómo ha de ser el cielo?

Porque, no hay alba que se esfume
sin un halo de nostalgia,
ni palabra que no haya podido ser dicha
caminando.

y yo, menos que nadie,
que desconozco el alfabeto


Pilar Iglesias de la Torre

lunes, 16 de abril de 2007

NOS QUITARON EL SEMÁFORO QUE NO LLEVA A NINGUNA PARTE





Desandando la tarde,
mi amigo y el suyo
flirtean con los carteles
que anuncian cine,
de vuelta a casa.
Cambiando de acera
como de cara se cambia un disco
cuando lo trazado
ha fundido a negro.

Nos quitaron el semáforo
que no lleva a ninguna parte,
sustituyéndolo
por el orden lógico de las cosas
del que nos reíamos
cruzando allí la calle;
nos jugábamos el tipo y la noche
discutiendo en mesas con salpicones
de café con leche
para tener el honor
de regresar por caminos improvisados.
Y alguien ebrio de angustia y estrés
colocó allí un becuadro
a nuestra melodía privada.


Eduardo González

domingo, 15 de abril de 2007

CONTAMINACIÓN






El rojo del océano
había invadido ya la tierra.
Lo vi esta mañana al despertarme
e ir para el trabajo.

Maquinaria de esa exclusiva,
se afanaba en un intento de dragar
el limo protoplásmico y viscoso.

Pero, las bayas de la sangre,
asomaban con fruición,
allá donde gargantas
consumieron su ración de grito.

Esto ocurrió
cuando la hemorragia del eclipse
vomitó magenta
sobre la manecilla parada del aliento.


Pilar Iglesias de la Torre

sábado, 14 de abril de 2007

PERSPECTIVA






No es el belicismo,
solución de las tormentas, ni declinación de vómito,
cura para un cólico biliar.
Observar la rutina geofísica del tiempo,
da la perspectiva, en la interpretación
transversal de los estratos......trayectoria
de la que aprender
para un sedimento en armonía de futuro.

¿Qué símil descuidamos
al penetrar el laberinto irresoluble de la selva?

Cavamos nuestra tumba
en desaforado delirio de altivez, mientras el mundo
se desmiga
en vertido inexorable de desierto.¿Qué
haremos
cuando la silueta, gradiente sea hacia la sombra y
espectro, el ecosistema en desmayo,
como hábito de gala
en el mármol inmóvil del vacío?


Pilar Iglesias de la Torre