martes, 31 de julio de 2007

Esta letal medianoche



La medianoche se desangra
dulcemente en mi regazo vacío.
Una luna mordida es el espectro de la rotura

erizándome el vello sube el frío
naciente
de esta madre muerta


-la tierra que pisan mis pies-
un parto de incongruencias.
La pureza se desnuda -descubro que nunca fue tal-
vibra agresiva flotando en esta letal medianoche.
Desperezándose el instinto, sigue su camino inexorable
hacia la boca.

we know the taste of depredation

Soy más humana de lo que debería. Toda ira,
completamente deflagración,
organizada mediante pánico,
instinto hiriente.
Sin tregua.
Esa es la única verdad tejida en esta letal medianoche
esta cuna de mentiras y silencios
esta nodriza de asesinos.
Disfrutemos del acoso, astro lánguido -no eres más que los restos del banquete-
sé que tarde o temprano continuará la cacería.
No es hermosa, esta oscuridad, no como siempre ha sido
No hay estrellas sino ánimas
parpadeando en esta letal medianoche.
Y vienen de todas partes los sonidos del pánico
mientras intento sobrevivir
en esta letal medianoche.

Liturgia



Para Sergio




Bésame hasta asfixiarme en un abrazo
hasta que deje de ser yo para ser tuya.
Cuando cada partícula de mí te pertenezca
cuando mis pulsaciones sean ecos de tu voz,


entonces me harás libre.
Duerme cada noche en el altar de mi lujuria

santificado por tu mano
en un baño de placeres y jadeos entregados.

potestad redentora de innecesaria redención
Sacro objeto de culto, incorruptible Paraíso
al alcance de la mano
son tus labios mi sagrada comunión
-mi deidad venerada-
perpetuamente anhelada.
Purifícame.
Purifícame, en tu liturgia arráncame
pues las ligaduras terrenas no son nada
ante tus ojos.
Y sólo existe lo que tú ves. Mírame, mi deidad
hazme real
hazme digna
ante tus ojos.

sábado, 28 de julio de 2007

QUEBRANTAHUESOS




Gypaetus barbatus. 3 m de envergadura. Rapaz en peligro de extinción. Especie protegida.

SIERRA DE SAN JUAN DE LA PEÑA. Jacetania. Huesca. Pirineos.





Un día te miré y me dí cuenta
de que el croquis que dibujas en lo alto de las térmicas
no era solo una metáfora. Que
habitando sobre el pretil del precipicio,
en cada vuelta de hélice unes
las coordenadas todas de la esfera de la vida.

Tus devaneos con el viento
trazan el baile nupcial
que despierta a los durmientes, y al abrir
los huesos derrotados y devorar la médula ósea de su centro,
enlazas las costuras del principio y fin del universo.
Eres la enzima final que cataliza el porvenir,
el hechicero sublime que en su rompedero,
al desmineralizar, construye el polvo estelar del más allá.

Porque, hasta cuando parece
que ya nada dura lo que dura, apareces tú
preñando el aire de serena majestad y
con esa aparente sensación de quietud,
precipitándote desde lo vertical, cohesionas
lo inasible del momento.

Por eso,
cuando un día te miré, me di cuenta
de que solo tú, al disolver lo corpóreo y tangible,
calladamente, cierras el círculo.


Del libro "En el confín de los secretos"

PILAR IGLESIAS DE LA TORRE

jueves, 12 de julio de 2007

NOCHE DE SAN JUAN



Tacto en lapislázuli
el terciopelo que la noche,
susurró
en aromas de penumbra
cuando los rizos de las llamas,
capitalizaban como druidas,
el escote del gemido,
ése
cuya arquitectura,
desencriptaba fósiles
al ir dejándonos las manos,
con el picaporte,
prendido de deseos.


PILAR IGLESIAS DE LA TORRE