Me estoy acostumbrando a la estridencia.
Hoy mismo,
la moral huyendo hacia delante,
el piso rojo
sin baldosas paralelas,
el estudio interrumpido por blancas huellas resonantes
en la impresionada alma mía.
Sigo reuniendo testimonios,
palabras cruzadas,
confluyentes en lo que juzgo verdad.
Y falto aún yo de baluarte,
no puedo profanar lo naranja de las farolas
por miedo a su ofensiva de luz.
Evito la confrontación,
despreciando el resultado,
cediendo mis acciones a otros músculos,
volviéndome de espaldas
mientras suena esa melodía desacompasada,
que tanto odio.
Hoy mismo,
la moral huyendo hacia delante,
el piso rojo
sin baldosas paralelas,
el estudio interrumpido por blancas huellas resonantes
en la impresionada alma mía.
Sigo reuniendo testimonios,
palabras cruzadas,
confluyentes en lo que juzgo verdad.
Y falto aún yo de baluarte,
no puedo profanar lo naranja de las farolas
por miedo a su ofensiva de luz.
Evito la confrontación,
despreciando el resultado,
cediendo mis acciones a otros músculos,
volviéndome de espaldas
mientras suena esa melodía desacompasada,
que tanto odio.
Eduardo González García
1 comentario:
En primer lugar, perdón por usar el formulario de comentarios para pedir un favor. Se trata de lo siguiente soy un chileno conocido de Eduardo Fraile y necesito hacerle llegar un libro de regalo. ¿Alguien me puede ayudar a contactarlo? El libro lo tiene un profesor de la universidad. Mi correo electrónico es domingo.roman[arroba]gmail.com Gracias y nuevamente pido disculpas.
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